El éxito del mecanizado cero stock radica en una implementación coordinada de avances en cuatro amplias áreas de tecnología de manufactura: máquinas-herramienta superrígidas y superprecisas para alta velocidad de mecanizado; fijación de la pieza de trabajo flexible y altamente repetible; sujetadores rígidos para las herramientas de corte con radios excepcionalmente precisos en la punta, y software CAM capaz de producir patrones de herramientas para mecanizado de alta precisión en modo desatendido. Eifel y Redoe tienen en sitio el hardware y el software requerido para el mecanizado cero stock. Más importante aún, ambos talleres tienen una fuerza de trabajo que entiende completamente y adopta el enfoque de "no hay espacio para el error" en el mecanizado de moldes que el proceso cero stock implica.
Causa común
Aunque las diferencias entre cómo Eifel y Redoe han implementado el mecanizado cero stock son importantes e interesantes, los dos talleres de moldes tienen en común algo igualmente significativo. Ambos disponen de líderes que son fuertes representantes de esta estrategia, no obstante ser realistas sobre la intensa disciplina que involucra. El presidente y CEO de Eifel es Rick Hecker, cuyo padre comenzó la compañía como un taller de patrones a principios de los setenta. En Redoe, Eric Leene supervisa la planta de 110 personas en la instalación de producción de moldes, adyacente a las oficinas administrativas y de ingeniería de la compañía. Él ha estado con la empresa por más de 20 años. Cada líder es responsable de llevar su respectivo taller al mecanizado cero stock, asegurándose de que sus procedimientos sean seguidos sin restricciones y manteniéndose al día con los nuevos desarrollos en tecnología.
Ambos talleres están enfocados principalmente en moldes para la industria automotriz, lo cual no sorprende dada su ubicación en la gran área de Detroit. Las tendencias en el estilo automotor influyen fuertemente su trabajo, representado en dos áreas especialmente sensibles a los gustos de los consumidores.
Redoe se especializa en moldes multicolor y multidirección para luces delanteras, traseras y reflectores ―componentes que definen sustancialmente la apariencia exterior de un vehículo―. "Los diseñadores están creando formas tridimensionales más largas y profundas, con ligeros ángulos de inclinación y patrones con texturas para refracción de la luz, con el fin de producir efectos visuales sustanciales", explica Leene. Esto significa que los moldes ofrecen bolsillos más profundos, contornos más complejos y espacios más estrechos que presentan un reto para el mecanizado. La calidad óptica de los componentes moldeados magnifica el más mínimo defecto y pone en peligro el efecto estético deseado.
Eifel enfrenta una presión similar, pero desde la experiencia del consumidor en el interior del carro. "Un volante no solo debe verse bien, sino sentirse bien", anota Hecker. El molde tiene que satisfacer estas exigencias críticas. Otro ejemplo de las preocupaciones estéticas que traspasan hasta el mecanizado de moldes en el taller es el bisel de una consola de instrumentos. En este caso, tales preocupaciones impusieron criterios igualmente exigentes para producir el molde que Eifel recientemente completó. Por ejemplo, las secciones transparentes del bisel tienen que terminarse hasta una superficie con calidad clase A en el núcleo y en la cavidad.