El acero galvanizado se obtiene mediante el proceso de galvanización. Este consiste en un procedimiento que protege al acero de la corrosión, mediante el cual el mismo se recubre con zinc para evitar su oxidación.
El proceso incluye sumergir las piezas de hierro y acero en zinc fundido, mediante una reacción metalúrgica entre el hierro y el zinc se forman una serie de aleaciones de zinc-hierro que crean una fuerte unión entre el acero y el recubrimiento.
Para realizar este proceso de galvanizado, la planta debe encontrarse en un sector catalogado para actividades industriales, además debe disponer de áreas adecuadas de almacenamiento tanto de materias primas como de productos terminados y un sistema adecuado de vertimientos de desechos.
Características del Acero Galvanizado:
- Duración excepcional.
- Protección integral de las piezas (interior y exteriormente).
- Triple Protección:
- Barrera física: El recubrimiento posee mayor dureza y resistencia que cualquier otro tipo de recubrimiento.
- Protección electroquímica: Con el paso del tiempo se forma una fina capa de óxido de zinc que actúa como aislante del galvanizado.
- Autocurado: Ante raspaduras superficiales, se produce un taponamiento por reacción química de la superficie dañada.
- No necesita mantenimiento.
- Fácil de pintar.
Usos del Acero Galvanizado:
Por su resistencia a agentes corrosivos y su durabilidad puede usarse de muchas maneras:
- Arandelas.
- Alambres.
- Mallas expandidas.
- Tuberías.
- Ductos.
- Tableros.
- Cajetines.
- Laminas para techos.
- Encofrados.
- Torres de alta tensión.
· Piezas estructurales.
- Equipamientos de carreteras.
- Mobiliario urbano.
- Estructuras para el deporte.
La duración de una pieza de acero galvanizado puede durar hasta 70 años en condiciones normales y sin necesidad de un mantenimiento especial.
El acero galvanizado es uno de los materiales que ofrece la mayor variedad de usos y aplicaciones en el sector de la construcción, por ser una protección económica y versátil del acero.