Las inspecciones de seguridad tienen como objeto descubrir los riesgos corregibles de la industria, evitando así la producción de accidentes.
Sin embargo, según la persona o personas que realicen la inspección, se pueden marcar distintos objetivos y obtener diferentes consecuencias.En primer lugar, se podría citar las inspecciones hechas por funcionarios del Estado, inspecciones de trabajo, de sanidad o de industria que tiene como misión principal controlar el cumplimiento de las disposiciones reglamentarias.
En segundo término, cabe señalar las inspecciones de seguridad hechas por personas ajenas a la empresa, aquellas que realizan compañías de seguros especialmente las que se hacen cargo de la póliza contra incendios, las mutuas patronales de accidentes, o las casas encargadas de la vigilancia de ciertos equipos industriales como calderos, hornos, ascensores, montacargas, etc.
En último lugar, se debe citar las inspecciones que tienen un carácter interno, es decir, las realizadas por personas que pertenecen a la empresa, ya sea individualmente (técnico de seguridad, médico de la empresa, vigilante) o en grupo, como las que realiza el comité de seguridad e higiene o comisiones especializadas designadas al efecto (comisión de limpieza, de alumbrado, etc.)
Todas estas inspecciones tienen como objetivo principal el descubrir puntos de peligro o riesgo. Las que se hacen por personal ajeno a la empresa, son por lo general inspecciones de una sola visita, mientras que las realizadas por miembros de la empresa, son más bien inspecciones continuas, que normalmente tienen una mayor eficacia preventiva.
Prácticamente todo lo que existe en una fábrica debe estar sujeto a inspección, en algún grado y en algún momento, porque todo se deteriora con el uso y con el transcurso del tiempo. Las condiciones cambian, los procesos se modifican o se sustituyen. Hasta en el establecimiento industrial mejor diseñado, pueden surgir riesgos previstos y olvidados.